El autor de este artículo de opinión, Darius Balulis, se formó como ingeniero militar en Lituania y en la actualidad trabaja en Lérida como responsable de equipo de una empresa de seguridad integral privada. Acaba de recibir el premio extraordinario del Máster en Prevención de Riesgos Laborales de la Universitat Oberta de Catalunya, UOC en 2019. Es socio de MIESES GLOBAL (Movimiento por la Excelencia, la Salud empresarial y la Sostenibilidad).
Ahí estamos, serenos y acompañados de personas excelentes con la ansiedad de mejorar las condiciones de vida y de trabajo en este planeta que entre todos hemos hecho insostenible. Lo que podía parecer una utopía hace años, “querer hacerlo”, hoy en día, es una necesidad y es la clave para cualquier cambio que la sociedad nos reclama. ¿Pero es suficiente cambiar las cosas sólo queriéndolo y sin tener los recursos y conocimientos necesarios? La respuesta a esta cuestión es quizás la más buscada entre personas y profesionales que deciden de manera responsable ir más allá de los estándares para cuidar de devolver a este mundo, parte de tanto recibido. Teniendo en cuenta que es imposible cambiar las condiciones de vida sin tener presentes las condiciones de trabajo, me pareció ello un punto de partida muy acertado.
Después de la graduación de la Academia Militar en Lituania, ya como oficial de la Sección de Ingeniería, centré mi esfuerzo en la consecución estricta de directrices y del cumplimiento de los objetivos establecidos. Es comprensible hasta cierto punto, que tratar sobre las personas y sus condiciones de trabajo fuera una de las cuestiones que menos se hablara, teniendo en cuenta que estamos inmersos en una sociedad economicista en la que ha ido prevaleciendo la producción y el consumo, en detrimento muchas veces de valores.
Mi primer encuentro con el concepto de condiciones de trabajo ha sido trabajando en el sector de seguridad privada, ya en España. Una de las asignaturas del curso del Director de Seguridad Integral, que hacía una aproximación a la prevención de riesgos laborales, me hizo pensar sobre el impacto de las condiciones laborales sobre la protección física de las personas. Tenía curiosidad y responsabilidad moral de profundizar más en este área, por lo cual, decidí realizar el Máster de Prevención de Riesgos Laborales de la UOC, que me permitía compaginar el trabajo con los estudios. En la universidad, en una de las primeras asignaturas, tuve la oportunidad de conocer a Don Manel Bestratén, una persona inquieta y brillante, que no paraba de animarnos y que ve la prevención con una perspectiva diferente y con una visión integral: “Liderazgo basado en valores, participación activa de los trabajadores competentes, entorno de trabajo regido por principios éticos con unas condiciones de trabajo digna, conjunción de Salud laboral y Sostenibilidad”, etc. Era para mí algo nuevo, pero muy interesante y que tenía pleno sentido, asumiendo cómo lograrlo. Entendí, que no basta en conformarse con los mínimos establecidos por la normativa laboral y que la preocupación por la seguridad y la salud de los trabajadores es uno de los pilares fundamentales para un trabajo digno, que como respuesta, se convierte en garantía para un trabajo eficiente y creativo. Al cabo de poco tiempo descubrí que no estaba sólo, que hay muchas personas que se preocupan por los demás y por mejorar las organizaciones con visión holística y responsable. Esas personas eran el recurso y el conocimiento que me faltaba para continuar persiguiendo mis metas.
Hoy todo parece mucho más fácil, rodeado de verdaderos amigos. El requisito imprescindible para cambiar las cosas es “querer hacerlo”, pero hay que hacerlo junto a excelentes profesionales y desde la interdisciplinariedad. A muchos de ellos los he encontrado en MIESES GLOBAL. Así, avanzar para cambiar la cruda realidad, es, además de ilusionante, mucho más gratificante.
DARIUS BALULIS,
Socio de MIESES GLOBAL
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